1998 - El manifiesto del 3 de enero del 2000 - Bruce Sterling

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El milenio que se acerca rápidamente ofrece una oportunidad cultural única. Después de muchos años de cortar y pegar, de apropiación, détournement y ahistoricidad neoretro, la posmodernidad está a punto de terminar. Inmediatamente después del final del fin de siècle, habrá una demanda repentina e intensa de novedad genuina.

Cualquier nuevo año ofrece la oportunidad de resoluciones profundas y esfuerzos valientes de autoreforma. Pero el final de un milenio ofrece una oportunidad rara y vital para enterrar todo lo que está muerto dentro de nosotros y emitir proclamas de alcance y ambición particulares.

Sospecho que un grupo que pueda ofrecer un manifiesto cultural coherente, reflexivo y novedoso en la fecha prevista del 3 de enero del 2000 tiene una gran oportunidad de afectar al espíritu de la época. (El 1 de enero todos tendrán demasiada resaca para leer manifiestos y el 2 de enero no funcionará ninguna computadora, así que de modo natural la fecha debe ser el 3 de enero.) En este documento preliminar me gustaría ofrecer algunas reflexiones sobre los posibles contenidos de ese manifiesto.

A medida que el nuevo milenio se acerca el problema central es tecnocultural. Por supuesto para la humanidad hay otros problemas más tradicionales y mejor desarrollados. Estas cosas son bastante obvias. El fundamentalismo maniaco supura aquí y allá, la izquierda se ha quedado sin ideas mientras la derecha delira, las disparidades de ingresos se han vuelto absurdamente enormes. Sin embargo la raza humana ha demostrado repetidamente que podemos prosperar alegremente con formas de religión, política y comercio ridículas, corruptas y degradantes. Pero ninguna civilización puede sobrevivir a la destrucción física de sus recursos base y está muy claro que la infraestructura material del siglo XX no es sostenible. Este es el problema en cuestión.

Tenemos un problema ambiental mundial. Esto es una obviedad, pero el clima severo, peculiar y sin precedentes de finales de los años noventa deja claro que este problema se está agudizando. El calentamiento global que ha sido una parte viva de la discusión científica desde al menos la década de 1960 ahora es una realidad cotidiana. El cambio climático está cubriendo el mundo con nubes de selva tropical en llamas y golpeando el PNB de China. Ahora todos podemos ofrecer una anécdota sobre el clima. Yo, por ejemplo, pasé este verano viendo durante una semana cómo el cielo se volvía gris con los vapores de los bosques ardientes de Chiapas. La situación ha empeorado visiblemente y empeorará aún más, posiblemente incluso mucho, mucho más.

La sociedad simplemente no ha podido convocar la voluntad política o económica para tratar con éxito este problema utilizando métodos del siglo XX. Esto se debe a que la emisión de CO2 no es de manera central un problema político o económico sino de diseño e ingeniería. Es un problema cultural y un problema de sensibilidad artística.

Es necesario adoptar enfoques nuevos y radicales. Estos enfoques deben originarse, reunirse y ejecutarse de manera global en un programa cultural que se hará público el 3 de enero.

El calentamiento global es una gran oportunidad para la industria cultural del siglo XXI. Los gobiernos nacionales carecen del poder y la voluntad de imponer soluciones dirigistas a la emisión de dióxido de carbono. De todos modos, las soluciones dirigistas probablemente no funcionarían. Es poco probable que muchos de nosotros tolerásemos vivir en un Estado de Racionamiento de dióxido de carbono donde casi todas las actividades humanas concebibles tendrían que ser autorizadas por comisarios de energía.

La industria no reformará su base energética. Al contrario, cuando se trate de la legislación sobre el CO2, la industria formará grupos de presión y arrojará toda la arena posible a los frágiles mecanismos políticos. La industria utilizará tácticas oscurantistas que imitarán las de las fuerzas creacionistas de la derecha estadounidense: se nos dirá que el calentamiento global es simplemente una “teoría” incluso cuando nuestros hogares estén en llamas. La industria es demasiado estúpida para ver la supervivencia planetaria como una oportunidad de negocio. Pero la industria es lo suficientemente inteligente para sabotear la regulación gubernamental, especialmente cuando la industria globalizada puede enfrentar a un gobierno contra otro.

El hecho evidente de que nuestra atmósfera está declinando visiblemente no tiene ningún interés económico aparente, excepto para las compañías de seguros que simplemente compensarán su falta estafando a los contribuyentes y exportando los costos externalizados a la población en general.

Con los negocios desesperados y el gobierno bloqueado, básicamente nos quedamos con el activismo cultural. Las herramientas disponibles son arte, diseño, ingeniería y ciencias básicas: artificio humano, innovación cultural y técnica. Por supuesto estas pueden no parecer fuentes particularmente probables de un esfuerzo serio y exitoso para salvar el mundo. Esto se debe en gran medida a que durante el siglo XX el gobierno y la industria aumentaron a tales proporciones el alto modernismo que estas otras empresas existen principalmente en nichos subculturales reducidos.

Sin embargo, no tiene por qué ser así. Con el gobierno paralizado y la industria sin cerebro ante cualquier atractivo moral concebible, el futuro de las redes culturales descentralizadas y autónomas parece muy brillante. Nunca ha habido una oportunidad de difundir nuevas ideas y nuevas técnicas con la rapidez con la que se pueden difundir ahora. La energía humana debe girar en alguna dirección. La gente escapará de la frustración corriendo hacia cualquier fuente aparente de luz. Mientras los diques del planeta continúen rompiéndose, la gente correrá mucho más rápido y con mucha más convicción.

Nuestro problema cultural de abuso de sustancias con CO2 puede tener consecuencias muy graves para la felicidad humana, pero el problema físico inmediato se entiende bastante bien. Las personas inteligentes, unidas y motivadas, deberían ser capaces de lidiar con esto. El dióxido de carbono no es un dilema filosófico tradicional ni un defecto irreducible de la condición humana. El consumo serio de combustibles fósiles como práctica a gran escala solo tiene unos 200 años, y el aumento más severo en la emisión de carbono ha ocurrido durante los últimos cincuenta años. Dependemos mucho de esta práctica pero no es como si nos hubiéramos casado con ella.

Es una cuestión de táctica. La sociedad civil no responde nada bien a reprimendas moralistas. Hay pequeños grupos minoritarios aquí y allá que son perfectamente conscientes de que es inmoral dañar las vidas de las generaciones venideras con el consumo masivo actual: ecologistas profundos, Amish, personas que practican la simplicidad voluntaria, ashrams gandhianos, etc. Estos voluntarios de espíritu público no son el problema pero tampoco la solución, porque la mayoría de los seres humanos no se ofrece rán voluntarios para vivir como ellos. Tampoco se puede obligar a las personas a vivir de esa manera a través de la prescripción legal, porque quienes controlan los recursos energéticos de la sociedad jugarán con cualquier sistema de regulación legal y lo neutralizarán de inmediato.

Sin embargo la sociedad civil contemporánea puede ser conducida a cualquier lugar que parezca atractivo, glamuroso y seductor.

La tarea en cuestión es por tanto básicamente un acto de ingeniería social. La sociedad debe volverse más Verde, y debe ser una variedad de Verde que la sociedad consuma con entusiasmo. Lo que se requiere no es un Verde natural, o un Verde espiritual, o un Verde primitivista, o un Verde romántico de sangre y tierra.

Estos sabores de Verde se han probado ya y han demostrado tener un atractivo insuficiente. Podemos arrepentirnos de este fracaso si queremos. Si la crisis energética semiolvidada de la década de 1970 hubiera provocado una respuesta más sabia y enérgica, ahora no estaríamos enfrentando una crisis climática. Pero los intentos bien intencionados del pasado fueron insuficientes y ahora son parte del legado de un siglo agonizante.

El mundo necesita un Verde nuevo, antinatural, seductor, mediado y glamuroso. Un Verde Viridiano, si se quiere. La mejor oportunidad para el progreso es convencer al siglo XXI de que la base industrial del siglo XX era tosca, torpe y sucia. Este enfoque funcionará porque está basado en la verdad. El siglo XX vivió en la inmundicia, de manera muy similar al siglo XVIII antes del advenimiento de la teoría de los gérmenes, condenado a las úlceras sépticas cuyos orígenes estaban envueltos en la superstición y el miasma. La verdad sobre nuestra existencia física se debe mostrar a la gente.Debe ser demostrada repetidamente y en todas partes.

Las personas con redes, sitios web y sofisticados sensores no deberían encontrar esta tarea muy difícil.

La base industrial actual está pasada de moda, es burda y desagradable pero esto aún no es del todo evidente. Castigar y acusar palo en mano es solo parte del enfoque. Probarlo requiere la construcción de una base industrial alternativa para el siglo XXI que parezca elegante, hermosa y refinada. Este esfuerzo no debe presentarse como apropiado, frugal y sensato aunque lo sea. Debe ser percibido como glamuroso y visionario. Será estupendo si esta nueva base industrial realmente funciona, pero funcionará mejor si es espectacularmente novedosa y bella. Si se acepta, se puede hacer que funcione. Si no se acepta, nunca tendrá la oportunidad de ponerse en marcha.

El objetivo central de este esfuerzo de ingeniería social debe ser la gente responsable de emitir la mayor cantidad de CO2. Las personas a las que debemos esforzarnos por afectar son los ultra ricos. Los rentistas, la clase virtual, los capitanes de la industria y, en menor medida, las disminuidas clases medias. Los pobres continuarán sufriendo. Claramente no hay razón de peso para que la mayoría de los seres humanos vivan tan mal y miserablemente como ellos. Pero los pobres no emiten mucho dióxido de carbono por lo que nuestros esfuerzos en su nombre solo pueden ser tangenciales.

A diferencia de los movimientos artísticos modernistas del siglo XX, un movimiento cultural-industrial Viridiano no puede preocuparse por desafiar las ideas estéticas preconcebidas de la gente. No podemos darnos el lujo de escandalizar a la burguesía como en el siglo XIX. Esa actividad, por muy placentera y honorable que sea, no eliminará el veneno de nuestro aire. Estamos tratando de sobrevivir haciendo que los ricos y la burguesía vivan voluntariamente de una nueva manera.

No podemos obligarlos a hacerlo, pero si enfocamos nuestros esfuerzos tendríamos todas las posibilidades de atraerlos a ello.

Lo que se requiere culturalmente en los albores del nuevo milenio es una vanguardia genuina, es decir, una élite cultural con una sensibilidad avanzada aún no compartida por la mayoría de la gente creando una nueva conciencia para un nuevo modo de vida. La tarea de esta vanguardia es diseñar una economía física estable y sostenible en la que los ricos y poderosos prefieran vivir. Los trajes de Mao para las masas no están en la agenda Viridiana, la alta costura sí. Necesitamos una forma de alta costura Verde tan terriblemente seductora y glamurosa que pueda literalmente salvar la vida de la gente. Tenemos que satisfacer los deseos de la gente mucho mejor que el sistema actual. Tenemos que revelar a la gente los muchos deseos que tienen y que el sistema actual no está cumpliendo. En lugar de disciplinarlos en esfuerzos inhumanos y severos sacrificios, la gente tiene que sumergirse en nuestro siglo XXI con un suspiro de profundo alivio.

Permítanme hablar ahora hipotéticamente como si esta vanguardia realmente existiera, aunque como todos sabemos no puede surgir hasta el 3 de enero del 2000. Discutamos nuestras tácticas. Tengo algunas sugerencias razonables que ofrecerles.

Podemos aumentar nuestras posibilidades de éxito desarrollando y expandiendo rápidamente la industria cultural posmoderna. La “Cultura” genuina tiene “arte” y “pensamiento” mientras la industria cultural simplemente vende imágenes e información.

Lo sé. Soy plenamente consciente de los muchos y preocupantes inconvenientes de esta situación, pero en una consideración madura creo que la Industria Cultural tiene muchas y profundas ventajas sobre las industrias humeantes y físicamente venenosas del siglo XX. Además como tecnólogos digitales, pensadores, escritores, diseñadores, críticos culturales, y demás, los Viridianos sospechamos que el auge de la Industria Cultural está destinado a aumentar nuestro propio poder e influencia inmediatos frente a, por ejemplo, los ejecutivos de la minería del carbón. Puede que esto no sea algo del todo bueno. No obstante, creemos que le haremos al mundo menos daño inmediato que el que ellos están causando.

Por tanto, exigimos enérgicamente que la Industria Cultural sea favorecida como una empresa industrial del siglo XXI. Por fortuna la tendencia ya está muy presente entre nosotros pero debemos ir más allá; creemos en el fordismo de la Industria Cultural. Esto significa, necesariamente, tiempo libre. Se requieren grandes cantidades de ocio para apreciar y consumir productos culturales e industriales como películas, software, medios de streaming semifuncionales y demás. El tiempo dedicado a formas de trabajo más tradicionales atrae injustamente a los consumidores de la Industria Cultural y, por tanto, representa una amenaza para nuestros fundamentos económicos posindustriales.

El “trabajo” requiere que la atención de la gente se dedique a otras industrias más antiguas y menos atractivas. “Ocio” significa que nos están prestando atención y dinero.

Por tanto exigimos mucho más tiempo libre para todos. El ocio para los desempleados, aunque abundante, no es el tipo de “ocio” que aumenta nuestras ganancias. Exigimos específicamente ocio intenso para personas bien educadas y adineradas. Estas son las personas que mejor pueden apreciar y consumir realmente productos culturales de capital-intensivo.

Los viridianos sospechamos que requeriría muy poco esfuerzo hacer que la gente trabajase mucho menos. Se está gastando demasiado esfuerzo trabajando. Dudamos mucho que hoy la metalurgia esté haciendo algo que pueda justificar la destrucción de la atmósfera. Necesitamos quemar la vela planetaria solo en un extremo (y jamás a la luz del día).

Se debe pasar el mayor tiempo posible consumiendo productos inmateriales. Una población global donde la gran mayoría pasa su tiempo sentada y mirando las pantallas es una sociedad espléndida para nuestros propósitos. Sus pantallas deben estar bellamente diseñadas y su entorno debe ser energéticamente eficiente. El planeta beneficiará a todos los que hagan clic con el mouse en lugar de excavar carbón o llevar un hacha y un arado a una selva tropical.

La industria turística es ahora la número uno en el planeta. Los turistas consumen grandes cantidades de cultura preenvasada. Creemos que el turismo es un desarrollo profundamente saludable. Creemos que debemos resistir con fuerza el impulso retrógrado y nada rentable de ilegalizar la migración y a los migrantes.

Dada la inestable condición del medio ambiente esta práctica pronto puede equivaler a un genocidio. También es palpablemente absurdo vivir en una sociedad donde puede moverse más rápido el capital y más fácilmente el dinero que los seres humanos. El capital existe por el bien y la conveniencia de los seres humanos.

Creemos que el movimiento de los seres humanos a través de las fronteras nacionales y bajo los auspicios de gobiernos extranjeros es básicamente un problema de diseño. Si los trabajadores invitados, los refugiados, los viajeros por placer, etc., fueran rastreados electrónicamente a través de satélites o repetidores celulares, la división artificial entre la jet set y los refugiados pronto dejaría de existir. Se teme a los extranjeros no solo porque sean extranjeros sino porque son desconocidos, no identificados y aparentemente fuera del control social local.

En el próximo siglo los extranjeros no necesitan ser nada de esto. Junto con sus tarjetas de crédito y pasaportes ubicuos, podrían llevar sus historias personales completas. Podrían llevar dispositivos que establecieran pruebas de su honestidad personal que serían inmediatamente obvias para cualquiera en cualquier idioma. Una sociedad mejor diseñada se adaptaría a este tipo de solidaridad humana, en lugar de complacer las necesidades de seguridad imaginadas por los regímenes basados en el territorio nacional.

Creemos que debería ser un nuevo principio general de diseño agregar información a un problema, en lugar de contrarrestarlo con recursos físicos (en el caso de los migrantes, barras de acero y alambre de púas). El seguimiento electrónico parece un ejemplo prometedor. Si bien la amenaza a la privacidad y el anonimato desde la libertad condicional electrónica es claramente severa, no hay nada tan terrible y amenazante como un campo de refugiados séptico. Consideramos esto una cuestión urgente. Creemos que es muy probable que se produzcan evacuaciones masivas en las próximas décadas, no solo en el desfavorecido Tercer Mundo, sino posiblemente en otras áreas como si fuera un nuevo “American Dust Bow” 1. Las sabias inversiones en la gestión electrónica del turismo serían bien recompensadas si dieran alguna puntada al tejido deshilachado de una civilización alterada por el clima.


Por ejemplo, se podría ver sembrar una zona con teléfonos celulares lanzados desde el aire y rastreados por satélite como uno de los primeros actos de gestión de desastres del siglo XXI. Este sistema de seguimiento y visualización creemos podría diseñarse para que no se perciba como una amenaza sino como un elemento de prestigio jet set, algo así como una página web personal portátil. Creemos que tales dispositivos deben ser diseñados primero para los ricos. Los pobres los necesitan más, pero si estos dispositivos fueran desarrollados y dados a los pobres en un fíat socialista, se sospecharía (probablemente de modo correcto) como el primer paso hacia una redada policial y un campo de exterminio.

Reemplazar los recursos naturales con información es un área natural para el diseño del siglo XXI porque estaba técnicamente cerrada al ingenio humano durante todos los siglos anteriores. Nosotros vemos en este enfoque una promesa considerable. Puede ser tanto barato cuanto glamuroso.

Los medidores de energía, por ejemplo, deberían ser ubicuos. Deberían presentarse no en una caja oscura fuera de la casa, sino instalados de modo adecuado dentro de ella. No se trataría de un esfuerzo frugal para ahorrar dinero. Se presentarían como un lujo. Serían una marca de distinción de clase. Debería considerarse una señal de ignorancia estelar el no ser consciente de la fuente de energía eléctrica. La energía solar y eólica debería venderse como servicios premium disponibles para consumidores particularmente ricos y expertos. Ensuciar el aire cada vez que se enciende un interruptor de luz debería considerarse un estigma del proletario vulgar.

La conciencia ambiental es hoy una carga molesta para el consumidor que debe pasar su tiempo mirando las etiquetas de reciclaje de plástico, lavando la basura, etc. Sin embargo, mejores entornos de información pueden hacer visible lo invisible, y esto puede conducir a una rápida reevaluación de enfermedades públicas previamente invisibles.

Si uno tuviera, por ejemplo, unas gafas de sol computarizadas que revelaran las ráfagas de productos de combustión flotando en el aire sobre la típica autopista sería inmediatamente obvio que el aire limpio es un lujo. Los monitores de infrasonido, ultrasonido y contaminación acústica harían del silencio un lujo. Los grifos monitoreando el análisis inteligente del agua en tiempo real haría del agua pura un lujo. La ausencia de mutágenos en el hogar se convertiría en un lujo.

Estar libre de interrupciones y tener tiempo para pensar es un lujo, la atención personal es un lujo, la seguridad genuina del vecindario también es muy valiosa. Las actitudes sociales pueden y deben cambiarse mediante la adición de información convincente a situaciones donde los costos invisibles han sido exportados en silencio al medio ambiente. Haz visible lo invisible. No vendas advertencias. Vende conciencia.

El hecho de que estamos viviendo en una sociedad envejecida sin precedentes, una sociedad llena de ancianos, ofrece una gran oportunidad. El pensamiento a largo plazo es un esfuerzo útil y valioso que se adapta bien a las inclinaciones de las personas mayores.

Claramente, si nuestros esfuerzos no funcionan para las personas mayores (una fracción grande y creciente de la población del G7), entonces no funcionarán en absoluto. Las personas mayores tienden a ser generosas y a veces tienen tiempo libre. Los ancianos charlatanes conectados electrónicamente pueden tener mucho que ofrecer en la forma de gestionar el copioso trabajo no remunerado de la sociedad civil electrónica. Nos gusta la idea de ser un movimiento artístico radical que se especialice en reclutar a los mayores.

Ignorar las consecuencias a largo plazo es algo que todos tendemos a hacer, pero promulgar mentiras peligrosas para obtener ganancias económicas a corto plazo es extremadamente perverso y estúpido. Si se produce una catástrofe ambiental debido a las emisiones de CO2, entonces organizaciones como la antiecológica Global Climate Coalition (GCC) serán culpables de genocidio negligente. Nadie ha sido culpado de este nuevo crimen antes, pero si sucede, sin duda será un crimen de gran magnitud. En este momento la CCG y sus aliados políticos y económicos están, en el mejor de los casos, apostando de manera arriesgada con la vida de miles de millones. Si el clima se descontrola el siglo XXI puede convertirse en un lugar verdaderamente terrible.

Las consecuencias tendría que enfrentarse directamente. Si millones de personas mueren de hambre porque, por ejemplo, los repetidos eventos de El Niño interrumpan durante años las principales cosechas mundiales, entonces será una catástrofe. Habrá enormes presiones políticas y militares por la justicia y la rendición de cuentas.

Suponemos que la mejor solución en este escenario sería algo así como la depuración checa y las comisiones de la verdad sudafricanas. Pero el trabajo de base para este proceso debería comenzar ahora. Las alternativas no son prometedoras: un escenario Beirut de colapso social infinito, ulceroso y semicontenido; un escenario yugoslavo de limpieza étnica basada en el clima y el lebensraum; un Terror Rojo donde violentas masas en pánico buscan vengarse de modo sangriento del industrialismo. Aunque la más probable de todas sea un Terror Blanco sofocando brutalmente por control remoto el caos furioso de un Tercer Mundo climáticamente perturbado a través del ejército cibernético del G7. Es muy probable que bajo este último escenario se pasen por alto los hábitos de consumo conspicuo de Occidente y se culpe por completo a las poblaciones en explosión del Tercer Mundo. (Presumiblemente, los salvajes caprichos del clima se atribuirán a algún chivo expiatorio lysenkoista de fácil manejo como los judíos o las actividades homosexuales antinaturales).

Con la depuración checa y las comisiones de la verdad sudafricanas, el final del siglo XX nos regaló un mecanismo para enmendar las sociedades que han caído en una locura disfuncional. No esperamos menos para futuros malhechores cuya astuta defensa de un statu quo indefendible puede conducir a la muerte de millones de personas, que obtuvieron pocos beneficios de sus acciones y a los que nunca se les dio voz en sus decisiones. Recomendamos que se compilen ahora los expedientes para los futuros tribunales de justicia internacionales. Creemos que este trabajo debe hacerse abiertamente, en un espíritu de deber cívico. Quienes están arriesgando la vida de los demás deben ser conscientes de que este es un riesgo particular que recaerá específica y personalmente en ellos.

Si bien es políticamente útil tener una clase enemiga polarizada y personalizada, no hay nada particularmente nuevo en esta táctica política. El sentimiento revanchista está muy bien, pero la supervivencia requerirá una visión mucho más amplia. Esto debe convertirse en el trabajo de mucha gente en muchos campos, ignorando los límites tradicionales de la disciplina y la ideología para unirse en un solo objetivo práctico: el clima.

Un breve boceto podrá ayudar a establecer algunos parámetros. Concluyo aquí con un conjunto de cambios culturales generales que un movimiento Viridiano posiblemente difundiría entre sectores específicos de la sociedad. En aras de la brevedad las sugerencias vienen en tres apartados. Hoy es la situación tal como existe ahora. Lo que queremos es la situación tal como nos gustaría verla. La tendencia es la forma en que la situación tenderá a desarrollarse si las tendencias contemporáneas continúan sin ofrecer ninguna intervención inteligente.

MEDIA

Hoy: canales de publicación y difusión rodeados por una neblina de microcanales subculturales pobremente financiados.

Lo que queremos: más ancho de banda para la sociedad civil, diversidad multicultural y sistemas mejor diseñados de comunicación opular de muchos a muchos en múltiples idiomas a través de múltiples canales.

La tendencia: un internet intensamente espía y comercial. Un complejo de entretenimiento yanqui que arrasa muchas culturas no anglófonas.

MILITARES

Hoy: hegemonía del G7 respaldada por el ejército estadounidense.

Lo que queremos: una hegemonía mayoritaria más amplia y profunda con un ejército capaz de disuadir la improvisación arriesgada y especializarse en enfrentar las crisis inmediatas a través de ingeniería civil, salud pública y asistencia en desastres.

La tendencia: proliferación nuclear y biológica entre potencias menores.

NEGOCIOS

Hoy: corredores de divisas gobiernan el sistema bancario por decreto; inestabilidad extrema en los mercados; fuga de capitales pero sin movilidad laboral; base energética insostenible.

Lo que queremos: industrias no materiales; ocio ampliamente aumentado; incremento enorme de la movilidad laboral; energía y recursos sostenibles.

La tendencia: totalitarismo mercantil, capitalismo de compadres, sistemas bancarios criminalizados, explotación fabril de la mano de obra.

DISEÑO INDUSTRIAL

Hoy: rapidísima obsolescencia del modelo, esfuerzo intenso en el envase; CAD/CAM.

Lo que queremos: productos muy glamurosos respetuosos con el medio ambiente; objetos completamente nuevos de materiales completamente nuevos; reemplazar la sustancia material con información; una nueva relación entre lo cibernético y lo material.

La tendencia: dos mundos de diseño para consumidores ricos y pobres; un esmalte sobre la barbarie.

CUESTIONES DE GÉNERO

Hoy: más trabajo comercial requiere de las mujeres; problemas sociales exportados a la vida familiar como costos invisibles.

Lo que queremos: disminución de las tasas de natalidad, disminución de los defectos de nacimiento, menos trabajo para todos, apoyo generoso para cualquiera que esté dispuesto a abandonar la industria y consumir menos.

La tendencia: más mujeres en prisión; ideologías fundamentalistas y étnico-separatistas dirigidas específicamente a las mujeres.

ENTRENIMIENTO

Hoy: espectáculo americano de efectos especiales a gran escala respaldado por grandes elencos y empresas multimillonarias.

Lo que queremos: glamour y drama; vanguardismo aventurero; una industria cultural sin fronteras comprometida con la ingeniería social Verde.

La tendencia: aniquilación de la cultura seria excepto en algunas sociedades no anglófonas.

JUESTICIA INTERNACIONAL

Hoy: tribunales disfuncionales pero muy persistentes contra los crímenes de guerra.

Lo que queremos: tribunales de delitos ambientales.

La tendencia: justicia a la venta; guerra intensificada contra las drogas.

EMPLEO

Hoy: MacTrabajos, colapso físico-mental, desempleo estructural masivo en Europa.

Lo que queremos: menos trabajo sin estigma; ocio radicalmente expandido; ocio obligatorio para adictos al trabajo; apoyo garantizado para personas que consumen menos recursos; nuevas formas de supervivencia completamente fuera de la economía convencional.

La tendencia: mayor división de clases; disparidad masiva de ingresos; excedente de carne y clase virtual.

EDUCACIÓN

Hoy: deterioro de las escuelas públicas.

Lo que queremos: libertad intelectual, acceso instantáneo y barato a la información, mejor gusto, una estética más avanzada, colectivos de investigación autónomos, educación continua y dignidad y placer para el gran segmento de la población humana que es y será para siempre básicamente analfabeta y innumerable.

La tendencia: los niños son los bloques crudos de la maquinaria de generación de ingresos potenciales; las universidades existen para abastecer a los mandos intermedios.

SANIDAD PÚBLICA

Hoy: éxito general; tendencias crónicas preocupantes en el SIDA, la tuberculosis y la resistencia a los antibióticos; mortalidad masiva en el mundo no industrializado.

Lo que queremos: ancianos sanos sin precedentes; plagas exterminadas en todo el mundo; tratamiento sofisticado de microbios; alimentos artificiales.

La tendencia: muerte masiva en el Tercer Mundo; pobres sépticos en cuarentena por los ricos preocupados de los países del G7; regreso de la sepsis del siglo XIX; poblaciones mundiales más gordas y más dependientes de sustancias.

CIENCIA

Hoy: ciencia básica sacrificada para beneficio comercial inmediato; malestar en la academia, saturación burocrática en el apoyo gubernamental.

Lo que queremos: rigor procedimental, honestidad intelectual, resultados reproducibles; revisión por pares, subvenciones en bloque, aumento masivo de financiación para investigación, reducción masiva de los gastos generales procedimentales; becas para genios; trabajos de un solo autor; abandono de la fórmula pasiva y la tercera persona del plural; la “ciencia” se reformó para perder sus elementos platónicos y cripto-cristianos como la búsqueda “pura” de las mentes masculinas sin cuerpo; armisticio en las Guerras de la ciencia.

La tendencia: “Big Science” reducida a la investigación industrial a corto plazo o a las aplicaciones militares; los “científicos”, como clase, obligados a compartir la condición marginal y en peligro de los profesores de inglés y los deconstruccionistas franceses.

Me gustaría concluir sugiriendo algunas áreas específicas para el trabajo artístico inmediato. Las veo como necesidades públicas urgentes que deben ser satisfechas por despliegues valientes de ingenio puro. Pero no hay tiempo para eso. No todavía.

Bruce Sterling (bruces@well.com)

Contexto

The Manifesto of January 3, 2000 fue publicado por Bruce Sterling en Nettime el 23 de septiembre de 1998 e incluido en el ZKP 5 de Nettime (1999), ReadMe! ASCII Culture and the Revenge of Knowledge (Autonomedia, Nueva York). Los principios de diseño del movimiento viridiando se presentaron el 14 de octubre de 1998 en el Yerba Buena Center de San Francisco (EE. UU.). El 3 de enero del 2000, tal y como había propuesto, Sterling publicó el manifiesto final en Nettime. El movimiento viridiano de diseño estuvo activo hasta 2008, año del último comunicado publicado por Sterling: “Como expliqué en el primer discurso (…) cualquier movimiento de diseño, cualquier movimiento social de cualquier tipo, en realidad, debe diseñarse con una fecha de vencimiento explícita. El año 2012 podría haber sido la fecha límite del movimiento viridiando. Dado que el curso de la historia se ha agitado bastante, este período más largo se ha esfumado”.

Ideological Freeware - Distribute At Will.

Autoras

Fuentes

Enlaces

URL:

Wayback Machine: https://web.archive.org/web/20031106012833/https://www.nettime.org/Lists-Archives/nettime-l-9809/msg00098.html